Este año estamos de celebración. Los congresos Vida después de la Vida cumplen 25 años. Las próximas convocatorias de abril y octubre serán muy especiales.
01/06/2025
Comunicados
26 de octubre del año 2001. Casa de la Cultura de Hellín. Inaugurábamos una Jornadas de Parapsicología. Un proyecto que empezó sin ninguna otra pretensión que reunirnos un grupo de amigos para tratar temas de misterio y espiritualidad. Sólo disponíamos de 250 butacas en el salón de actos, un aforo difícil de completar para mí. Nunca había organizado nada parecido, pero hubo un factor determinante para que yo me embarcara en esta aventura, los amigos que decidieron apoyarme en este proyecto. Gracias a ellos, aquello que empezó como un pequeño congreso sin plantearme su continuidad, ha seguido creciendo y celebrándose hasta el día de hoy. Por lo tanto, estas palabras son de agradecimiento a todos aquellos que, en algunos casos sin conocerme, confiaron en mí.
Sin lugar a dudas el Dr. Fernando Jiménez del Oso fue y sigue siendo el Alma Mater de estos congresos. Fernando era un referente, un “ídolo” cuyos libros y programas de TV seguía desde que casi era un niño. El Universo hizo que lo pudiera conocer personalmente y que aceptara mi propuesta para ayudarme a organizar un congreso, algo que casi no podía creer y que nunca hubiera imaginado.
Por aquellas fechas ya conocía a otro querido amigo cuya ayuda fue también determinante, Pedro Amorós. Él me ayudo a ponerme en contacto con conferenciantes de renombre internacional en aquellos años como el Padre François Brune, el profesor Sinesio Darnell, el Dr. Enrique Vila,… Por supuesto Pedro también formaría parte de los conferenciantes de este primer congreso y la sociedad que preside SEIP, también aparecería como organizadora del mismo. Ya tenía una cosa importante, el apoyo y los contactos para organizar el evento.
Aunque había hecho algún programa de radio y TV a nivel local, nadie me conocía como para aceptarme una invitación para participar en un congreso que se celebraba por primera vez, pero ahora tenía que resolver otro problema ¿Por dónde empiezo?, ¿Cómo se organiza un evento de este tipo?...
Decidí ponerme en contacto con el ayuntamiento de Hellín para pedirles ayuda, concretamente con otra persona decisiva en la organización y nacimiento de estos congresos, Alberto Alfaro. Por aquel entonces él era concejal de cultura. No solo acepto la propuesta de organizar el congreso en Hellín sino que además se convirtió en mi mano derecha en todo el proceso de organización. Para que nos entendamos, sería algo así como lo que hoy llamamos “un máquina”, “un crack”. Parecía que tuviera una chistera de mago, cualquier cosa que necesitaba, la conseguía en tiempo récord. Su ayuda me dio mucha seguridad en esta aventura.
Ya tenía todos los ingredientes para hacer un congreso para 250 personas de Hellín y Comarca, no aspiraba a más, pero claro, detrás estaba Fernando que por aquella época dirigía la Revista Enigmas que se editaba a nivel nacional, con lo cuál empezó a hacer publicidad del congreso.
Por si esto no fuera suficiente, a pocas semanas de comenzar el evento (primeros de octubre) recuerdo que iba paseando con mi familia por la feria de mi ciudad y recibo una llamada telefónica. Me llamaba Miguel Blanco para ofrecerme hablar en su programa “Espacio en Blanco”, del congreso. Conocía su programa de radio, pero no conocía a Miguel. Cuando escuché su voz, no me lo podía creer. Ninguno de los dos sabíamos en aquellos momentos empezaba una amistad fraternal. Desde aquella noche de octubre del año 2001, Miguel es parte de mi familia y piedra angular de todos los congresos. Me apoya, me ayuda y hace que el congreso llegue a todos los rincones del mundo a través de su mítico programa Espacio en Blanco.
Ya os podéis imaginar que pasó cuando abrimos las inscripciones que costaban 1000 pesetas. Las 250 plazas del salón de actos se quedaron pequeñas. Lo que se suponía que era un congreso local o comarcal, se convirtió en un congreso nacional. Llegaron asistentes de todo el país y tuvimos que habilitar varios espacios de la casa de la cultura para que la gente pudiera seguir las conferencias por un sistema de circuito cerrado de televisión. Estábamos totalmente desbordados y yo acabé agotado, tanto es así que decidí hacer los congresos con carácter bianual. Organizar uno al año me parecía una hazaña lejos de mis capacidades.
Si algo tenía claro desde el primer momento es que el congreso tenía que ser benéfico. Los gastos de organización de este primer evento corrieron a cargo del Ayuntamiento de Hellín, pero había una condición previa que puse al ofrecerme a organizarlo: todo lo que se recaudara tenía que ir destinado a los más necesitados. Y así fue. Una vez finalizado el congreso entregamos el dinero recaudado en la venta de entradas a las Hermanas de la Caridad y la Providencia de Hellín para que dichos fondos se utilizaran en atender a los niños y niñas de una casa de acogida en Nicaragua.
Para finalizar este relato de como comenzaron los congresos Vida después de la Vida, recordaré unas palabras de mi querido y añorado Fernando Jiménez del Oso. Era el domingo 28 de octubre del 2001 en el acto de clausura del congreso. Fernando se dirigió a las autoridades allí presentes (mirándome de reojo), con estas palabras que cito textualmente: “Me voy a enfadar mucho si el año que viene no se vuelve a celebrar este congreso”, y recordando sus palabras como si las hubiera pronunciado ayer, para evitar el enfado de mi querido amigo Fernando, 25 años después seguimos trabajando para intentar mejorar este mundo.
Muchísimas gracias a todos los participantes, colaboradores y asistentes durante estos 25 años. Vosotros sois los verdaderos artífices y protagonistas de este proyecto que ha cambiado la vida a miles de personas, entre las que me encuentro yo.